Un día cualkiera, de 1994, vemos a ICEDREK y a ERIELNATH, sentados en el suelo, con la bicicleta de montaña boca arriba intentando regular los frenos. Tarea imposible. Los frenos de una bicicleta de montaña son, por definición, imposibles de regular correctamente. Si consigues el recorrido adecuado de la maneta (o más bien óptimo para nuestros gustos), joderás el tacto, o la capacidad de frenada. O, con "suerte", irás con la rueda frenada. Por el contrario, si consigues una buena frenada y tacto, lo harás a costa de un recorrido excesivo de la maneta... Estos jóvenes pimpollos podían pasar horas intentando conseguir la perfección en sus mákinas. HORAS. Mañanas y tardes enteras entrando en un bucle de afloja-ajusta-aprieta-prueba-afloja-ke-no-va-bien-ajusta-aprieta-de-nuevo infinito. Un camino inexcrutable sin destino certero. Una espiral de destrucción de tuercas, de pasos redondos, de sudor al sol... olor a hombre... Lo recuerdo como si fuera ayer. O incluso como si fuera es